top of page

LA MESA FESTIVA

  • Foto del escritor: Janeth Quintero
    Janeth Quintero
  • 24 dic 2018
  • 2 Min. de lectura



La mesa se encuentra perfectamente decorada, sobre ella está el mantel más preciado de la familia. La vajilla de más calidad está acomodada sobre cada uno de los lugares, brillantes cubiertos están listos para ser usados, las copas se encuentran listas para el brindis, la comida ya sea preparada o comprada para la ocasión, está a la temperatura adecuada para su degustación. Solo falta que los invitados tomen su sitio, y disfruten de todo lo que visualmente está espectacular…

… y cuando digo que está espectacular, no hablo de ninguna exageración, y a cada una de las personas que ocupará un asiento le ha interesado algo diferente, y la ha convertido en una de las modelos más especiales, tomando una fotografía que unido a un hermoso mensaje compartirán en sus redes sociales. Cuidadosamente sirven cada pedazo, y no dejan derramar ninguna gota, no quieren que nada salga mal en sus momentos capturados. En instantes empiezan a recibir notificaciones en donde las personas de sus círculos sociales admiran la belleza de aquella mesa que han compartido, al ver esa repuesta sienten satisfacción y que están pasando un momento bueno; la sonrisa que se dibuja en sus rostros alumbrados por las pantallas, lo revela.

De repente las personas deciden dar algún bocado, sonríen entre ellos, pero… ¡están pendientes de lo que en sus pantallas se refleja! En momentos deciden hacerse fotos entre ellos, mostrando la sonrisa más enorme, las prendas más hermosas que compraron para esa ocasión, el estupendo maquillaje que define sus rostros, y de nuevo sus pantallas se ven ovacionadas por esos momentos. No pueden evitar comentar entre ellos a través de las redes sociales sobre lo bien que lo están pasando, lo espectacular que se ven, y lo rico que estuvo la comida.

Pero… esperen, ¿en verdad todo eso está pasando? Son personas que normalmente nunca se ven, con trabajos conocen a la persona con la que están compartiendo esa mesa. Bueno… saben un poco de lo que en las redes está colocado, pero pocas veces se preguntan entre ellos por las novedades por las que están pasando, los nuevos proyectos, o simplemente no recuerdan los momentos más memorables que en algún momento llegaron a vivir, y a disfrutar. De repente algunos de ellos inician una conversación de a verdad, ¡ah!... esperen, está entrando una llamada, quieren desearle a uno de ellos que pase una excelente noche en compañía de sus seres queridos.

Se escuchan sonidos que provienen de diferentes pantallas, la mesa se llena de muchos ruidos que en conjunto carecen de alguna armonía o de alguna secuencia lógica, cada uno de ellos cuenta algo diferente, y los chillidos del niño más pequeño de la familia, ha comenzado, <<cállenlo por favor>>, la madre se percata y va por él, lo sacude y agita de modo que se arrulle, pero la criaturita no se calla, rendida le entrega una pantalla con algún juego para que se entretenga,,, y el niño guarda silencio.

La noche sigue, y ellos conviven y comparten momentos, esperando a que no terminé, o que pronto exista otra reunión como esa, en donde puedan compartir de la hermosa mesa que decoraba el lugar.


 
 
 

Comments


bottom of page